En el año de 1997 y la selección mexicana se preparaba para la Copa América a disputarse a mediados de ese año en Bolivia. Como parte de esa preparación, la Federación agendó un amistoso contra Ecuador para el 5 de febrero en el Estadio Azteca, para el cual, Bora Milutinovic, en ese entonces entrenador del Tri, convocó a los máximos referentes del seleccionado, entre los que se encontraban Jared Borgetti, Jesús Arellano y la sorpresa de Damián Álvarez. En la lista, destacaba también un delantero del Atlas, de 22 años, que recibía su primera convocatoria a la absoluta: César Márquez .

Según cuentan, uno de los asistentes de Milutinovic imprimió mal la lista y en la convocatoria apareció un tal Rafael Márquez en vez del delantero con el mismo apellido. Se trataba de un chico de apenas 17 años, defensor central, que también militaba en el Atlas y que en ese momento se encontraba concentrado con la selección Sub 20.

Nadie del cuerpo técnico se percató del error hasta el día que vieron llegar a Rafael, sonriente, a la concentración. Milutinovic pensó en devolverlo a la Sub-20 y llamar a César, pero dada la cercanía del encuentro, sus asistentes lo convencieron de mantener al defensor en la nómina. La mejor decisión que pudieron haber tomado.